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El automóvil como riesgo laboral: una mirada crítica desde la seguridad vial

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Por el Subdepartamento de Vinculación con el Medio del Departamento de Atención de Usuarios ISL.

El automóvil ha pasado de ser un simple medio de transporte personal a transformarse, en muchos casos, en una herramienta clave en nuestro diario vivir. Son miles las personas que dependen diariamente del vehículo para desarrollar sus funciones.

Sin embargo, este fenómeno también ha traído consigo un aumento sostenido en la exposición a riesgos viales durante la jornada laboral y en los trayectos de casa al trabajo. Esta triste realidad, es una de las principales causas de accidentes laborales graves y fatales en nuestro país.

Según el Informe Anual de Seguridad y Salud en el Trabajo 2024, elaborado por la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO), “se registraron 199.874 accidentes laborales, de los cuales 56.675 fueron accidentes de trayecto, lo que representa cerca del 28% del total. Esta cifra, aunque muestra una leve disminución respecto a 2023 (4,3% menos) “, sigue siendo preocupante dada su gravedad y frecuencia.

Por otro lado, las cifras de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (CONASET), que señalan que “1.438 personas fallecieron en siniestros viales en 2024, una disminución del 12 % respecto a 2023”, pero que sigue posicionando al tránsito vehicular como uno de los mayores factores de riesgo en la vida cotidiana, incluyendo el ámbito laboral.

Existen múltiples factores que inciden en la alta accidentabilidad vial asociada al trabajo, tales como:

  • Largas jornadas laborales: La presión por cumplir metas, tiempos ajustados o turnos prolongados lleva a muchas personas a conducir en condiciones de agotamiento físico o mental, lo cual multiplica el riesgo de error humano.

 

  • Mantención de vehículos: Es fundamental asegurar que se cumplan protocolos de mantenimiento preventivo.

 

  • Uso de celulares: El mantenerse conectado al dispositivo móvil mientras estas manejando, aumentando significativamente el riesgo de accidentes.

 

Desde el Instituto de Seguridad Laboral (ISL), consideramos que la seguridad vial es una parte fundamental de la prevención de riesgos y debe ser abordada con igual rigurosidad que otros aspectos de seguridad ocupacional. Para ello es necesario:

  • Capacitación obligatoria en conducción responsable para trabajadores que utilizan vehículos durante sus funciones. Esto incluye formación en conducción defensiva, primeros auxilios y gestión del riesgo en carretera.

 

  • Políticas internas claras en empresas e instituciones sobre pausas obligatorias, tiempos de descanso y límites de velocidad, especialmente para labores que exigen desplazamientos extensos.

 

  • Sistemas de evaluación periódica del estado de salud física y mental de conductores, especialmente en tareas de alto riesgo o carga horaria intensiva.

 

  • Protocolos de mantención obligatoria para vehículos institucionales y personales usados con fines laborales, incluyendo inspecciones técnicas frecuentes.

 

  • Fiscalización y monitoreo mediante herramientas tecnológicas (como GPS, control de velocidad o registro de trayectos) que permitan identificar patrones de riesgo y actuar preventivamente.

 

  • Campañas de sensibilización permanentes, que vayan más allá de fechas conmemorativas y que involucren activamente a trabajadoras y trabajadores en la promoción de prácticas seguras.

 

No podemos seguir normalizando que cada traslado sea una exposición al riesgo. La seguridad en el trayecto al trabajo, o durante el trabajo en ruta, debe ser vista como parte integral del derecho a un trabajo seguro y saludable.

Desde el ISL, reafirmamos nuestro compromiso con la prevención de riesgos laborales en todas sus dimensiones, incluyendo la conducción y el uso de vehículos como herramienta de trabajo. Porque ninguna tarea justifica poner en riesgo una vida.

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