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ISL Coquimbo busca fortalecer la cultura preventiva en la gestión de riesgos de desastres en el trabajo 

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Un último reporte emitido el domingo 5 de octubre sobre el incendio registrado en la comuna de Monte Patria, región de Coquimbo, señaló que se encontraba bajo control. Sin embargo, la magnitud del siniestro, que consumió 15 hectáreas y afectó tres viviendas del sector Chaguaral, volvió a poner sobre la mesa la urgente necesidad de fortalecer la gestión de riesgos de desastres (GRD) en todos los niveles, desde las comunidades locales hasta los espacios laborales.

A raíz de eventos que alertan a la población, el Instituto de Seguridad Laboral (ISL), organismo administrador de la Ley 16.744, subraya que la prevención sigue siendo la herramienta más eficaz para proteger a las personas, tanto en sus hogares como en sus lugares de trabajo.

El ISL impulsa una mirada integral de la seguridad que por las particularidades del territorio chileno abarca terremotos, tsunamis, aluviones, sequías, inundaciones, incendios forestales y estructurales, además de riesgos antrópicos (producido por actividad humana) como accidentes químicos o colapsos urbanos.

La región de Coquimbo, históricamente vulnerable a este tipo de emergencias, ha enfrentado situaciones críticas que confirman la urgencia de fortalecer la gestión preventiva. Según el Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile, los terremotos de Ovalle (1943), Coquimbo (1975), Punitaqui (1997) y Canela (2015) son parte de un historial sísmico que ha dejado profundas huellas.

A ello se suman los aluviones recurrentes, la escasez hídrica prolongada y emergencias recientes, como el incendio de Monte Patria en 2022, que arrasó 120 hectáreas y el de Paihuano en 2024, donde 18 familias resultaron damnificadas.

 

Marco normativo y el rol del ISL

En este contexto, la creación del Sistema Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (SINAPRED) mediante la Ley 21.364 y el Decreto Supremo 44 (DS 44) ha modernizado el marco normativo en materia de seguridad y salud laboral.

Estas normas establecen obligaciones para las empresas, tales como: identificar riesgos naturales y antrópicos, elaborar planes de gestión de riesgo de desastres, capacitar a trabajadores, e implementar sistemas de alerta y evacuación. En esto, el ISL cumple un rol esencial en este proceso, no como fiscalizador, sino como acompañante técnico y formador, especialmente de micro, pequeñas y medianas empresas que no cuentan con especialistas en prevención. 

A través de capacitaciones, asesorías y apoyo en la elaboración de planes, el Instituto busca consolidar la idea de que la prevención no es un gasto, sino una inversión que protege vidas y empleos.

El director regional del ISL Coquimbo, Andrés Vera Oetiker, lo resume con claridad. “La seguridad es responsabilidad de todos. Las personas trabajadoras son actores fundamentales en la construcción de una cultura preventiva en las organizaciones, pues mediante su participación en capacitaciones, simulacros y planes de emergencia marca la diferencia en una situación real”, señaló.

 

Una cultura preventiva que salva vidas

El encargado de la Sección de Prevención de Riesgos Laborales del ISL Coquimbo, Mauricio Vargas Suazo, explica que el trabajo de los Comités de Gestión de Riesgos de Desastres (CGRD) con la guía metodológica entregada por el ISL tiene un impacto directo en la seguridad laboral.

“El uso de esta guía permite estandarizar y profesionalizar la gestión preventiva. Provee herramientas que ayudan a cada centro de trabajo a identificar amenazas, evaluar vulnerabilidades y planificar respuestas coherentes. Además, al comunicar los protocolos, los trabajadores dejan de ser simples observadores para transformarse en protagonistas de su propia seguridad”, señaló.

Finalmente, Vargas hace un llamado tanto a las instituciones como a los trabajadores a asumir la prevención como una inversión estratégica y una responsabilidad compartida. “Chile es uno de los países con mayor exposición a desastres del mundo. Por cada dólar invertido en prevención, se ahorran siete en respuesta y reconstrucción. Las empresas deben liderar con compromiso, formar comités de gestión con capacidad de acción y asegurar la inclusión de todos los trabajadores. Y a ellos, los invito a participar activamente, conocer los protocolos y tomarse en serio los simulacros. La prevención, en definitiva, salva vidas”, enfatiza.

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